martes, 14 de abril de 2009

Si todo sigue igual...


Anselmo conoce de sobra estas tierras para darse cuenta que no han habido cambios significativos, o en realidad, no han habido cambios. Anselmo considera seriamente en lo que sería tocar fondo, el momento en que observe que sus manos ya no llegan a ese borde que antes le permitía salir del agujero. Cuando su mirada no llegue a vislumbrar ese haz tenue de esperanza que le daba la certeza de tener una segunda opción. Cuando ya no pueda elegir entre la opresión o la libertad, será cuando Anselmo perciba que ha perdido su oportunidad, que por no volcarse de lleno a intentarla cuando aún podía, ahora estará condenado a permanecer en ese agujero, el agujero del derrotismo y el fracaso.

Su corazón aún existe, sus palabras aún vibran con sus latidos al abandonar sus labios, para no volver. Aún existe, pero está en franca deserción, con cada latido se pierde un pequeño halo de vida imprescindible para seguir. Su corazón se interna aún más en las tinieblas de sus entrañas, apagándose lentamente. Anselmo hoy piensa que no ha dejado sucesores para ese vasto imperio de misterios existenciales, para ese mundo entero de colores alegres, de grises, para ese inmensa nebulosa de sonidos balcánicos y tropicales. Hoy Anselmo desearía tener una hija, una cómplice de sus crímenes de amor. Hoy Anselmo es más Anselmito que nunca, hoy se siente pequeño, inútilmente destruido, se siente fracasado y antiguo, se siente condenadito.

Jamás encontrará Anselmito la salvación a su contradictorio romanticismo, nunca encontrará solución a su timidez sin recurrir a la estupidez. La hiena que comió su libertad acabará con sus vanos sentidos desmantelados y lo dejará deshacerse eternamente, sus cenizas recorrerán campos de vida y fertilizarán los cultivos de la ignorancia, impregnando de derrota y mala leche a sus asesinos, concretando su venganza.

3 comentarios:

Fiore Muñoz. dijo...

Anselmo hoy piensa que no ha dejado sucesores para ese vasto imperio de misterios existenciales, para ese mundo entero de colores alegres, de grises, para ese inmensa nebulosa de sonidos balcánicos y tropicales.

Me heriste. Sucesores? Qué carajo, dejo de escribir.
Hermoso, salí a volar.

Anónimo dijo...

Jamás encontrará Anselmito la salvación a su contradictorio romanticismo


todos esperamos que nunca lo encuentre... al menos yo.

Darío dijo...

"mi destino no es un dato, sino algo que necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar"