viernes, 18 de junio de 2010

De lo pasado, no lo voy a negar.

Sigue llenando este minuto de razones para respirar, no me complazcas, no te niegues, no hables por hablar.. yo no te pido que me bajes una estrella azul, sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz.

Algún día Anselmo fue un tipo callado, taciturno. Su expresión parecía tranquila, mientras por dentro se carcomía de rabia. Por esos tiempos, odiaba su persona, pero tenía objetivos y mucha voluntad. Sus piernas temblaban frente a una mujer, pero sólo frente a esa mujer. Al mismo tiempo intentaba cambiar, creyendo evolucionar, pero desnaturalizándose, tratando de cumplir su deseo de acercamiento a esa mujer. Realmente era una mujer, no como las chicas que se le cruzan día en día, que son simplemente eso, chicas.

Anselmo evoca esos momentos a través de palabras, que vomitó asqueado (a veces hasta por sí mismo), y que hoy relee, pacientemente, buscando parecerse a aquél que una vez las escribió, creyéndose infeliz, pero atravesando los más profundos de sus días. También los evoca a través de la música, escuchando y sintiendo lo más parecido a esos latigazos que recibía de su conciencia, en plena conquista amorosa. Cada canción que recuerda, es un episodio de su relación consigo mismo, y con ese amor que nunca pudo ser, pero que nunca se sabe.