Claro, creía que una postura podía ser genuina por más grotesca que sonara, mientras existiera un mínimo de honestidad inherente al ser humano, aquél que el Che tuvo que reinventar en un "hombre nuevo", sencillamente por esta razón. Claro, pensé que a pesar del error podrían tener buenas intenciones, o que quizá esa era la alternativa y los demás estamos todos equivocados.
Claro, pensé que el hombre no estaba podrido por dentro.
Bueno, qué equivocado estaba. Qué insensato. Doy fe de haber dudado sobre esas dos posibilidades durante muchísimo tiempo. Doy fe de no poder creer cuánto tiempo mantuve esa dualidad. Doy fe de que ahora, aún con la prueba en mis ojos, en mis manos, en mi carne y en mi alma, no concibo la posibilidad de que todas las personas, absolutamente todas, respondan a un gobierno interno y a impulsos tales como los humores: inexplicables, irracionales, irrespetuosos y paradójicamente inhumanos, que bajo la peor de las perversiones, sólo buscan alcanzar el provecho material (y emocional, pasando a otra experiencia reciente que se condice con la disparadora) del individuo lejos de todo tipo de consideración ajena.
No creí que existiera el altruismo, claro, pero tampoco creía que pudiera ser tal la motivación omnipresente de individualismo, qué insensato.
CLARO, qué insensato.
3 comentarios:
¿Qué pintó?
A mi me pasaba (y de hecho me pasa) lo mismo. Simplemente o sigo siendo el mismo ingenuo o realmente las cosas son mas brutas de lo que yo creo.
Y pregunto lo mismo que Dario, ¿cual fue la prueba?
En resúmen, a pesar de varias sutilezas de todos los días, me basé en algo que ya te conté, Daro, que es la indignación que me produjo escuchar a Van der Kooy personalmente sosteniendo toda la impunidad que algunos ejercieron y reconcentraron para elevar el vasto imperio del cual él es no sólo "siervo" sino también acreedor (y me refiero expresamente a su participación accionaria de lo que se ha dado en bautizar simpáticamente como "la corpo").
Es uno de tantos que sirven como perfecto ejemplo para demostrar que no les importa respirar mierda (porque la tiene hasta el cuello) siempre que debajo de sus muñecas hayan dos gemelos de oro.
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